Los especialistas han hecho
muchos estudios acerca del cerebro humano y yo diría que la única conclusión
completamente válida es que el cerebro humano es maravilloso. Dentro de estos
estudios se ha identificado que el cerebro humano puede ser dividido en el sistema reptiliano, sistema emocional y
sistema racional, así como que el hemisferio izquierdo controla la lógica,
mientras que el derecho representa el lado creativo. En el tema de inteligencia
emocional propiamente el libro de Daniel Goleman es quizás el libro más
representativo utilizado en escuelas de educación, administración y psicología.
El hecho es que estos estudios
permiten también afirmar que en general la emoción le gana a la razón. La
historia nos presenta muchos casos en que este hecho lleva a resultados desafortunados.
Por ejemplo un padre que cuando llega a
su casa escucha ruido, él está convencido que su hija está en casa de una amiga
porque le pidió permiso en la mañana, así que asume que algún ladrón ha
ingresado a su casa y toma su arma, la hija sale de repente queriendo darle una
sorpresa y el padre sin pensarlo le dispara quitándole la vida. De manera
similar en muchas ocasiones decimos o
hacemos cosas sin haberlas pensado previamente llevados por la emoción y posteriormente
nos arrepentimos.
Imaginen un jefe que llega a su
oficina luego de haber tenido una fuerte discusión con su esposa el fin de
semana. ¿Al llegar a la oficina el día lunes estará de buen ánimo para recibir
quejas? Si se deja llevar por la emoción
podría llevarlo a deteriorar la
motivación del equipo. Por supuesto que bajo esas circunstancias puede ser difícil
controlar nuestras emociones, pero el poder controlar nuestras emociones es en
definitiva una característica que puede hacer la diferencia, y el primer paso
para ello es tomar conciencia de ellas. A partir de esto podremos realizar
algunas acciones que nos permitan reaccionar de manera diferente ante
situaciones específicas.
Sin embargo en los casos en que
llevados por la emoción hayamos dicho o hecho algo que posteriormente el
cerebro pensante haya identificado como equivocado, mi sugerencia es
simplemente reconocerlo y si fuera necesario disculparse con los afectados. Esto
nos ayudará a tomar conciencia de las emociones y a mejorar las relaciones con
los otros miembros del equipo.