Hace algunos años cuando me
certifiqué como Coach, me presentaron el concepto de equilibrio somático como
el equilibrio entre cuatro elementos que lo hacen completo: cuerpo, mente,
emoción y espíritu. Posteriormente he encontrado otras definiciones
similares y algunas distintas.
Rastreando los orígenes etimológicos
de la palabra somático encontramos que la palabra proviene de dos términos del
lenguaje griego. El sustantivo Soma, que significa cuerpo y el sufijo -tico que
es equivalente a relativo a. En otras palabras,
somático es lo relativo al cuerpo.
Los trastornos psicosomáticos por
su parte son aquellos procesos psíquicos que tienen influencia y efectos en lo
somático. Esto quiere decir que ciertos síntomas somáticos (con evidencia
corporal) pueden tener su origen en procesos emocionales.
En los tiempos actuales con la complejidad creciente de los proyectos, los gerentes de proyecto, así como los miembros del equipo e incluso el patrocinador enfrentan situaciones de estrés y conflictos con mucha frecuencia. Adicionalmente, es un hecho que nadie logra un cambio significativo sin ganarse algunos “enemigos”. El no controlar adecuadamente estas situaciones lleva a reducción de la productividad, ausentismo, entre otros problemas que afectan los objetivos del proyecto.
En este contexto, todo
profesional, pero en particular aquellos con mayores responsabilidades y
desafíos requieren mantener un equilibrio entre los cuatro elementos. Una
variación en uno de ellos puede afectar a cualquiera de los otros, reduciendo
la capacidad de hacer frente a situaciones complicadas.
Empecemos por el cuerpo. Todos necesitamos
cuidar de nuestra salud, lo cual cómo mínimo debería incluir un chequeo médico
anual, alimentarse bien y hacer ejercicio. Muchas veces bajo la presión de tener muchas cosas
pendientes terminamos teniendo una vida sedentaria, la cual eventualmente causa
que tengamos menor energía y nos cueste más cumplir con nuestras tareas. La
verdad es que personalmente nunca me consideré un deportista, pero si alguien a
quien le gustan los retos. Hace algunos años me planteé el reto de empezar a salir
a correr. Al inicio no podía correr ni un par de cuadras. Ahora puedo llegar a
correr 10 Km y cuando todos se enferman en casa mi sistema inmunológico se resiste
a enfermarse. Fuera de gozar de una mejor salud, el ejercicio es también una
buena forma de controlar el estrés.
En el tema de las emociones, las
emociones positivas nos dan fuerza para continua, mientras que las emociones
negativas reducen nuestra energía y capacidad. Por lo tanto, es importante
saber identificar y controlar nuestras emociones. Citando a Daniel Goleman las
emociones negativas intensas absorben toda la atención del individuo, obstaculizando
cualquier intento de atender otra cosa. De hecho, si han tenido la experiencia de
conocer a una persona que haya estado gravemente enferma y se haya recuperado probablemente
descubrirán que su estado de ánimo tuvo algo que ver con su posibilidad de
recuperación. Por el contrario, cuando el
cuerpo es dominado por emociones negativas, las defensas naturales dejan de luchar.
Es como un ejército que baja las armas al ver caer a su líder.
De la misma forma probablemente
hayan observado que resolver problemas en los proyectos es mucho más fácil cuando
estás rodeado por personas positivas y que no es recomendable tomar decisiones
importantes cuando se está molesto por algo. Recuerden que, si no se controlan adecuadamente
las emociones, “la emoción suele ganarle a la razón”
En el tema de la mente. Como
profesionales sabemos que debemos mantenernos siempre actualizados y eso
implica leer, asistir a eventos y aprender de las experiencias de otros, entre
otras cosas. Esto nos permite plantear mejores soluciones y ser por tanto más
eficaces. Sin embargo, si somos
dominados por emociones negativas, la predisposición para seguir aprendiendo o
pensado en forma lógica disminuye y si alguna vez han intentado estudiar o elaborar
un trabajo importante sintiéndose enfermos, entenderán que el estado físico
(cuerpo) también afecta la capacidad de pensar claramente.
En cuanto al espíritu,
conectarnos con la naturaleza y alejarnos de la vorágine del trabajo, hacer meditación,
yoga o si eres una persona religiosa darte un tiempo para orar, ayuda también a
mantener los otros elementos en equilibrio. Aunque esto puede hacerse unos minutos al día,
las vacaciones son también una oportunidad importante para encontrar el
equilibrio.
En resumen, los cuatro elementos están
relacionados entre sí y afectan nuestra capacidad de tomar decisiones y cumplir
con nuestras funciones. En ese sentido descuidar alguna de las 4 puede afectar
nuestro potencial como gerentes, líderes de cambio o profesionales en general y
más aún sería importante que sepamos identificar cuando uno de nuestros colaboradores
enfrenta problemas por temas de salud, conocimiento o estado emocional. En ocasiones
es importante que el gerente reconozca cuando un colaborador necesita un
descanso físico o mental.